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lunes, 18 de marzo de 2013

ZONA

Es una afección dérmica no contagiosa causada por virus, suele presentarse en un solo lado y estar localizada en el tórax, la cintura, los miembros y la cabeza (o rostro). Puede suceder a través de las cuatro estaciones del año, sobre todo en la primavera y el otoño. La medicina tradicional china la denomina “enrojecimiento del fuego intercostal”. Popularmente se conoce por “llaga de araña” o “llaga de serpiente enrosca­da”. Y debido a que con frecuencia se produce en la cintura, la espalda y región costal donde las vesículas se hallan compac­tas y agrupadas en forma de faja, tiene también el nombre de “dragón enrollado alrededor de la cintura”. Los síntomas se caracterizan por la hipersensibilidad y la neuralgia local. Parte de los pacientes sienten una leve aver­sión al frío y tienen fiebre e indisposición corporal. 2 ó 3 días más tarde, en la piel aparecen vesículas rojas pequeñas e irregulares. Estas contienen, en su interior, una secreción transparente y a menudo se presentan zoniformes. El paciente presenta prurito, calor local acompañados de un dolor fuerte.
TRATAMIENTO
1) Método: Se aplica acupuntura con agujas filiformes.
Prescripción:
Puntos principales: Ashi y huatuo jiaji (del tramo patológico). Puntos secundarios: Hegu, quchi, xuehai y sanyinjiao.
Explicación: Con respecto al ashi, se da punzadas en torno a las vesículas zonales. Para la acupuntura se usa el método de dispersar o el de tonificación y dispersión parejas, se retienen las agujas durante 20-30′, es 1 sesión al día, y 7 sesiones forman 1 curso de tratamiento.
Experiencias clínicas:
1. Se atendieron a 110 casos de zona puncionando a lo largo de la piel. Siendo todos los pacientes externos, la mayoría había acudido al médico luego de producida la en­fermedad. Aquellos de neuralgia en quienes habí­an desaparecido las vesí­culas, también recibieron acupuntura. Todos los casos de este grupo fueron tratados exclusivamente con acupuntura. Método de tratamiento: Con alcohol al 75 por 100 se esteriliza la frontera que separa la piel enferma de la sana. Luego, teniendo en cuenta el tamaño de la piel excoriada, se escoge agu­jas filiformes de variada longitud. Se inserta por debajo de esta piel, en forma de cruz y en sentido paralelo a ella. Si la piel afectada ocupa una gran superficie, la aguja puede entrar desde la periferia de ella y avanzar en dirección al corazón y en sentido paralelo a la piel. No se deja inserta la aguja, mien­tras que se ofrece 1 sesión por día. Para ciertos casos graves (ampollas grandes en una amplia área, ampo­llas de sangre y vesículas en la cabeza o rostro) se unta la piel local con violeta de genciana al 2 por 100. Resultados del tratamiento: Curación (desaparición del dolor y secamiento y costra de las vesículas en 3 días), 51 casos, un 46,3%; efecto notable (carencia de ampollas nuevas luego de la acupuntura, y eliminación de los síntomas y seca­miento y costra de las ampollas en 6 días), 45 casos, un 40,9%; y mejoramiento (desaparición de los síntomas en 9 días), 14 casos, un 12,8%. Dada la acupuntura siguiendo la piel, el alivio del dolor en el paciente surgió antes que el mejo­ramiento de las vesículas. Una vez aplicada la terapia, la ma­yoría de los enfermos se aliviaron del dolor y pudieron dormir­se tranquilos en la misma noche. El dolor se fue tras 1-3 se­siones. En 2 de estos pacientes, que tenían la neuralgia con­secutiva a la enfermedad por más de 1 mes, el dolor desapa­reció luego de 9 sesiones de acupuntura. Esta enfermedad puede ser inducida por el vivo fuego del hígado y la vesícula biliar resultante de la insatisfacción moral o por el largo estancamiento de la humedad del bazo, la acu­mulación interna de la humedad-calor y la invasión del factor patógeno externo. Como el factor patógeno se convierte en fuego, se anuda con el fuego del hígado y la humedad-calor e impide la circulación de la energía y sangre por los canales y colaterales, se producen en consecuencia los síntomas de dolor y pica­dura de calor. Cuando el factor patógeno se acumula en la sangre, se producen manchas rojas; y cuando la humedad-calor se condensa sin disiparse, aparecen am­pollas. De ahí que la esencia de esta enfermedad estriba en el exceso de calor del hígado y la vesícula biliar y la acumulación interna de la humedadcalor, mientras que las ampollas en la piel y el vivo dolor constituyen sus características principales. La acupuntura que se da en forma de cruz siguiendo la piel ayuda a dispersar el calor y la humedad, disolver la toxina y el estancamiento, despejar los colaterales y regular la energía, así como fomentar la circulación de la energía y sangre y, por lo tanto, tiene un buen efecto analgésico.
2. Cierto acupunturista aten­dió a 31 casos. Antes de la hospitalización, 12 de los pacientes habían tomado vitaminas B1 y C, moroxidina y otros fármacos, sin que los síntomas mejoraran visiblemente, al tiempo que los demás enfermos no habían sido medicados. Todos ellos estaban con los síntomas de supersensibilidad y neuralgia en el área local. Algunos tenían, además, leve aversión al frío y fiebre y tam­bién sentían malestar del cuerpo. Luego de 2 ó 3 días apare­cían puntos rojos irregulares en la piel local, los cuales se iban llenando de líquido transparente. Áreas de enfermedad: vesí­culas en el pecho, parrilla costal y la región dorso-lumbar, 15 de los 31 casos; en la cabeza y el rostro, 4; en los miembros superiores, 4; en los miembros inferiores, 3; y en el abdomen, 5. Etapas de formación de zona al momento de la hospitaliza­ción: etapa de vesículas rojas pequeñas, 4 casos; vesículas pequeñas, 16; y mezcla de vesículas grandes y pequeñas, 11. Método de tratamiento requerido: Acupuntura periférica. Esta consiste en que la aguja ingresa desde los cuatro lados de la piel afectada a distancia de 0,5-1 cun de las vesículas, la pun­ta de aguja se dirige hacia el centro del área zonal y punciona oblicuamente en un ángulo de 25 grados y propina 4-8 punza­das de acuerdo al tamaño de los focos patológicos. Puntos auxiliares: si el zona está ubicado arriba de la cintura, se aña­de los quchi, zhigou (SJ 6), waiguan y hegu; y si está abajo de la cintura, se agrega los sanyinjiao y taichong. El número de puntos a seleccionar depende del estado clínico grave o leve. Comúnmente se opta por 1 ó 2 puntos. Para el zona localiza­do en la cabeza y el rostro se puede escoger puntos tomando como referencia los puntos apropiados para el zona hallado arriba de la cintura. Entrada la aguja, se adopta el método de levantamiento y empuje en combinación con la rotación. Como requisito para la acupuntura periférica local basta con producir una sensación de calambre, entumecimiento, plenitud y pesa­dez. En los puntos de las cuatro extremidades el estímulo debe ser más fuerte con el método de dispersar y tiene que producir una sensación acupuntural relativamente poderosa que se extienda y expanda lejos. Cada vez se retiene las agu­jas por 30-40′. En algunos pocos casos de dolor fuerte se permite que concurra la electropuntura. Si el dolor es violento, la enfermedad se encuentra en la etapa de desarrollo o los puntos rojos están en la etapa de seguir formando ampollas grandes, cada día se da 2 sesiones de acupuntura y, cuando el dolor ha disminuido y las vesículas han comenzado a ab­sorberse, se pasa a dar 1 sesión por día. Cuando el dolor se ha ido y las vesículas han cicatrizado, se suspende el trata­miento de inmediato.
Aparte de la piel local excoriada, el zona tiene el dolor como síntoma principal. En el caso de los 31 pacientes antes cita­dos, presentaban un dolor bastante fuerte. No obstante, luego del tratamiento con acupuntura, este dolor pudo ser controlado con rapidez por lo general, en 24-48 horas. Una vez contro­lado el dolor, las vesículas comenzaron a absorberse. Resultados del tratamiento de los 31 pacientes según la ob­servación: Comienzo de absorción de las vesículas en 2-4 días, 26 casos; comienzo de esta absorción en 5-7 días, 5 casos; y promedio de días para este inicio de absorción, 2,7. Finalizada la acupuntura, 13 casos empezaron a cicatrizar en 2-4 días, 10 en 5-7 días, y 8 en 8-10 días; y promedio para esto, 4-5 días. Concluido el tratamiento, 1 caso resultó curado con la cicatriz desprendida en 2-4 días, 16 casos en 5-7 días, 9 casos en 8-10 días, y 5 casos en más de 10 días; y prome­dio de días para la curación con la cicatriz caída: 8,5. Según la inspección médica durante un corto lapso de tiempo, todos los casos, luego de curados, no habían sufrido secuela. El autor sostiene que, en la etapa de formación inicial de las vesículas rojas durante el tratamiento con acupuntura, esta terapia aplicada a tiempo puede impedir que la alteración patológica se expanda en su alrededor y es capaz de controlar la extensión de la zona. La acupuntura periférica en el área local permite la circulación de la energía y sangre de los cana­les situados arriba y abajo y a la derecha e izquierda de la piel afectada y detiene así el dolor. Los puntos zhigou y waiguan pertenecen al canal de sanjiao shaoyang de la mano y pueden ayudar a despejar el mecanismo de energía del hígado y la vesícula biliar y a disipar el fuego patógeno de estos órganos. El quchi y el hegu son el punto he-mar y el punto yuan-fuente del canal del IG yangming de la mano, respectivamente, dando expresión exterior e interior al canal del pulmón. Como el pulmón predomina sobre el exterior y corresponde afuera a la piel y los pelos, la acupuntura dada en dichos puntos puede desterrar el viento y calor. El taichong es el punto yuan-fuente del canal del hígado jueyin del pie y, cuando es punzada con el método de dispersar, es susceptible de disolver el fuego patógeno del hígado y la vesícula biliar y, cuando se punciona el sanyinjiao con el método dispersante, esto contribuye a alejar la humedad patógena. En cuanto al zona que tiene lugar en la cabeza y el rostro, además de la acupuntura periférica local, se puede elegir puntos de entre los auxiliares ubicados arriba de la cintura. Debido a que la cabeza y el rostro se hallan en lo más alto del cuerpo humano y a que “el viento siempre llega sin falta a la cúspide”, el zona producido allí suele corresponder al viento-calor. Mientras tanto, el zona formado por debajo de estas regiones a menudo son del ex­ceso de humedad. Por esta razón, debe haber una diferencia de prioridad cuando se toma puntos para el tratamiento. 3. Se realizó la observación del efecto terapéutico y la función inmunológica de la acupuntura aplicada a 25 pacientes de zona. Tratamiento impartido: para la acupuntura fueron usa­dos los puntos jiaji (paravertebrales) del área correspondiente a la alteración patológica. Cuando ésta se encontraba arriba de la cintura, se agregaba los hegu, quchi y waiguan del mis­mo lado; cuando estaba abajo de la cintura, se añadía los taichong, xiaxi (Vb 43) y zusanli del mismo lado; y cuando se limitaba a la región de distribución del nervio trigémino, se agregaba los puntos tinghui (Vb 2), taiyang y zanzhu. La acu­puntura destinada al tratamiento adoptaba invariablemente el método de dispersar. En cada sesión se dejaba insertas las agujas por 30′ y se las manipulaba 1 vez a cada 10′, siendo 2 sesiones diarias. Después de controlados los síntomas, se cambiaba a 1 sesión por día. En el curso de tratamiento se suspendía toda clase de medicación. Resultados del tratamiento dispensado a los 25 casos: Des­aparición de los síntomas y secamiento y cicatrización de la piel afectada, en 3-5 días a partir del tratamiento, 22 casos; desaparición de los síntomas y secamiento y cicatrización de la piel afectada en 6-7 días, 2 casos; y no mejoramiento de los síntomas tras 7 días de tratamiento, 1 caso. Respecto de los 24 casos curados, el dolor desapareció en un promedio de 2,5 días, la hinchazón de maculas rojas se eliminó en el de 3,7 días, y la piel afectada cicatrizó en el de 4,8 días. A través de la observación de la función inmunológica de 22 de estos pacientes antes y después de la acupuntura se des­cubrió que luego de esta terapia aplicada en ellos, se había producido la fitohemaglutinación y un visible aumento de la reacción de las aureolas rojas a la inyección dérmica de prue­ba con biestreptomicina y tuberculina y que en 18 de ellos tras la acupuntura el número de leucocitos y linfocitos también había aumentado. Todo esto demuestra que la acupuntura sirve para mejorar la inmunidad no específica del organismo. Antes del tratamiento con acupuntura, se llevó a cabo en 6 casos de este grupo el examen patológico de las células des­echadas contenidas en la efusión de las vesículas zonales y fue observada una minúscula cantidad de fagocitos y linfoci-tos. 2 de los 6 casos fueron reexaminados 24 horas después de la acupuntura. Como resultado, fueron observadas una enorme cantidad de linfocitos y fagocitos y otra pequeña de plasmocitos y monocitos, mientras la reacción local de la ci-toinmunidad se manifestaba mayormente por la infiltración de los linfocitos y macrofagocitos y desplazaba a los antígenos mediante la acción de los linfocitos sensibilizados y los macro-fagocitos. En fin, el frotis de células desechadas contenidas en la efusión del zona puede reflejar en cierta medida el estado citoinmunológico del área local. Los exámenes mencionados comprueban que la acupuntura contribuye realmente a elevar la defensa del organismo y a fortalecer la inmunidad no espe­cífica tanto total como local del cuerpo. En estos 22 casos, antes y después de la acupuntura, la IgA, la IgG y la IgM, así como el complemento C3 total, contenidos en el suero, se mantenían dentro de lo normal y no experimen­taban cambios visibles, lo cual sugiere que el cambio de la inmunidad humoral no influye mucho en el tratamiento de esta afección.
La inmunidad humoral y la inmunidad de las células se vincu­lan e influyen recíprocamente, conforman una cadena integral y compleja y no pueden separarse absolutamente la una de la otra. En este grupo de pacientes, sin embargo, creció única­mente la citoinmunidad del organismo, al tiempo que la inmu­nidad humoral permanecía dentro de lo normal. Los experi­mentos han constatado que la infección por el virus suele estar ligada con la función inmunológica de las células. En el curso de recuperación de la infección por el virus, lo importan­te es el crecimiento de la citoinmunidad, en tanto que la inmu­nidad humoral se relega a un estado secundario. La citoinmu-nidad sirve para inhibir la multiplicación del virus y actúa co­ntra la infección debida al virus. Por consiguiente, la acupuntu­ra puede elevar la citoinmunidad total y local del cuerpo y es positiva para el tratamiento del zona. En lo que concierne a qué mecanismos a que recurre la acupuntura para fortalecer la citoinmunidad, esto todavía esta pendiente de estudios ulterio­res.
El alivio y la desaparición del dolor causado por esta enferme­dad gracias a la acupuntura tienen que ver quizá con el creci­miento de la citoinmunidad del cuerpo y con su contención de la actividad del virus. Al mismo tiempo, se cree que el efecto analgésico de esta terapia reside principalmente en su fortale­cimiento del sistema nervioso central y del proceso de inhibi­ción de los nervios aferentes. Sobre todo, expertos de China y otros países han confirmado en años recientes que, después de aplicada la acupuntura, la endorfina en el líquido cerebroespinal, así como la 5-HT del encéfalo y el producto de su metabolismo el 5-HIAA, se elevan cuantitativa­mente y que de esta manera dicha terapia produce su efecto analgésico.
2) Método: Se aplica sangría acupuntural.
Prescripción: Periferia del zona a distancia como de 1 cm.
Explicación: Se esteriliza la piel y se saca un poco de sangre con una aguja de tres filos mediante punzadas rápidas. O bien en la periferia del área enferma se punciona con varias agujas cortas atadas juntas, o bien en esta periferia se da golpecitos con una aguja “flor de ciruelo”, con la finalidad de extraer san­gre. Se ofrece 1 sesión al día.
Experiencias clínicas: Tres datos dan a conocer 21, 33 y 30 casos, respectivamente, tratados con la citada terapia, impli­cando un total de 84. Eran 61 pacientes de sexo masculino y 23 de sexo femenino. 49 tenían la enfermedad en la región costal izquierda, y los otros 35 en la derecha. Les dieron 1-5 sesiones de tratamiento en 1-7 días. El tiempo necesitado para la curación promedió 4,1 días. La eficacia total fue de 96,4% entre los 84 casos.
3) Método: Se aplica inyección en los puntos.
Prescripción: Jiaji (tramo patológico del lado enfermo), wai-guan y yanglingquan.
Explicación: Se combina 500 microgramos de solución inyec­table de vitamina B12 con 8-10 ml de clorhidrato de procaína al 0,5 por 100. Se toma 3-5 puntos jiaji del sector patológico del lado enfermo. En cada punto se inyecta 1-2 ml de solución, y el resto en el waiguan de ambos lados o en el yanglingquan también de los dos lados. Estos dos puntos son de uso alter­nativo. Es 1 sesión diaria, y 1 curso de tratamiento consta de 5 sesiones.
Experiencias clínicas: Con esta terapia fueron tratados 28 casos de zona. Resultados: curación de todos en 3-8 días y con un promedio de 5,8 días, a excepción de uno que curó al cabo de 15 días.
4) Método: Se aplica laserpuntura.
Prescripción: Puntos sensibles y puntos correspondientes a los focos patológicos en las áreas del hígado, la vesícula biliar y el shenmen ubicadas en la oreja. Explicación: Para el tratamiento se adopta el láser helio-neón con 6.328 ángstrom de longitud de onda, 25 milivatios de potencia para la irradiación y 1,5 milivatios de potencia para la aguja luminosa. Con fibras ópticas se irradia directamente los puntos sensibles de las áreas del hígado, la vesícula biliar y el shenmen en la oreja y los puntos correspondientes a los focos patológicos. Cada punto de ambos lados es irradiado durante 5′. Se da 1 sesión al día. Para el caso grave el láser se irradia directamente al área local en forma adicional, mientras se suspende cualquier otra terapia.
Experiencias clínicas: Según una información fueron atendi­dos con laserpuntura auricular 27 pacientes de zona entre 12 hombres y 15 mujeres que contaban de 19-67 años de edad y tenían una patología que iba de 1-3 días. Previamente al tra­tamiento y después de éste, fue medida la citoinmunidad de algunos de los enfermos.
Resultados del tratamiento ofrecido a los 27 casos: Curación (desaparición del dolor y cicatrización o recuperación total de la piel excoriada), 22 casos; efecto notable (cicatrización o recuperación total de esta piel y subsistencia del dolor), 4; y efecto nulo (4 sesiones de irradiación, no disminución de los síntomas y suspensión de la terapia por el propio paciente), 1. La eficacia total llegó al 9 6,3%. En opinión del autor, si bien el zona tiende a curar por sí solo, la laserpuntura auricular se presta a acortar en mucho el proceso de curación espontánea y a acelerar la misma curación. Al concluir, el autor puntualiza que el efecto terapéutico mantiene una íntima relación con la edad y el proceso morboso. A más edad y más largo proceso morboso es más lento este efecto y, sobre todo, es más pobre el efecto analgésico. Inversamente, el efecto analgésico aparece rápido, y pronta también la recuperación de la piel dañada.
Explicaciones adicionales: 1. La acupuntura es fácil de prac­ticar para tratar el zona y no acarrea efectos secundarios. Tiene un efecto terapéutico eficaz, y en especial un buen efec­to analgésico. La sangría acupuntural, la inyección en los puntos y la laserpuntura igualmente han brindado ciertos re­sultados terapéuticos.
2. Cuando el enfermo tiene la piel seriamente afectada, debe ser tratado, además de las terapias mencionadas, con la ciru­gía y la dermatología. Se puede untar la piel con violeta de genciana al 2 por 100, en prevención de la infección secunda­ria.

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